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Racismo & Dolor pero sobretodo Versatilidad & Amor Propio

Kelly Fernanda Echeverri, más conocida como ‘Kellyfer’, es una mujer afro. Durante mucho tiempo fue víctima del estigma de que la belleza que venía de su herencia negra no era la aceptada y que debía cambiar su pelo a pesar de los problemas que esto le traía.

Por Alejandro Mazuera Navarro

Ella reivindica lo afro, a pesar de que para algunas activistas llevar el pelo liso, como ella a veces lo usa, es perpetuar la negación de lo negro como válido y bello.

Si hay algo que le gusta a  ‘Kellyfer’ es la exploración de su apariencia, por eso el espejo de cuando en cuando le muestra una imagen diferente de si misma, un día puede ser una chica de cabello crespo y a la semana verse como una mujer de visos rubios, en un pelo liso;  lo suyo no es la monotonía en las formas. “Me gusta mucho la versatilidad, no me agrada verme igual más de un mes”.

Ella se reconoce como una mujer afrodescendiente, actualmente es propietaria de una boutique de ropa en Cali, “Ebano”,  además es actriz. Su historia permite ejemplificar problemáticas que se entrelazan sobre las cabezas de las mujeres negras en el país, pero también es un relato de lo que implica el proceso de llevar un cabello liso para una mujer afro, aunque su historia es muy diferente a la de otras mujeres que actualmente, como a ella misma le tocó hasta hace pocos años, deben pasar por el químico para poder cambiar la estructura de su cabello afro o “frizzer”, como lo denominan ahora, por uno liso, un proceso en el cual pueden resultar quemaduras en el cuero cabelludo, así como alopecia a largo plazo, debido a lo fuerte del químico que se emplea. 

El cabello de ‘Kellyfer’ es rizado, en gran medida, ella asegura que es de diversas formas  por ser mulata, es hija de un padre mestizo y una madre afro, pero sobretodo porque este fue víctima del maltrato, debido a que desde los 8 años fue sometida al químico del ‘Aliser’, el producto empleado con el fin de cambiar la textura natural por una lisa, lo cual deterioró su forma para siempre; actualmente ya no debe emplear este procedimiento cuando quiere verse lisa, pues con planchar su pelo puede durar hasta cinco días sin encresparse, algo que en un cabello “frizzer” es imposible.

 

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A pesar de que el estar lisa es algo que hoy en día esta mujer disfruta, durante mucho tiempo esto fue un proceso doloroso; su madre le aplico “aliser” a su cabello por primera vez cuando aún era una niña, fueron más de diez años en los que no se sentía cómoda, una parte muy importante de su cuerpo estaba terriblemente dañada, parecía muerta. Lo que su progenitora empezó con el afán de hacerle un “bien”, para ella se convirtió en un motivo de tristeza y hasta de vergüenza, sobretodo en la adolescencia,  recuerda como su familia paterna se burlaba de su poco pelo, diferente al abundante de sus primas.

 

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‘Kellyfer’ sabe que lo que ocurrió con ella es parte del racismo que se ha incrustado en la sociedad, que lleva a pensar que el único canon de belleza válido es el que se asemeja al europeo caucásico, por eso no culpa a su madre de haberle deteriorado una parte muy importante para ella; “Mi mamá no tuvo la culpa, estaba en el pensamiento que para que el pelo se viera bonito debía ser liso, algo que para mí no era así, el tenerlo abundante era bello, quería poderme peinar como yo quisiera; hacerme trenzas, pintármelo, pero yo no podía hacer eso, porque, por ejemplo, cuando me trenzaba y me las quitaba después se me partía el cabello”. 

 

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Esa no aceptación de la sociedad frente a lo afro, ella la sintió en su trabajo como actriz en los Canales de Televisión, en donde considera que muchas veces se reproducen los estereotipos que piensan que lo que tiene que ver con lo afrodescendiente no es lo bello. “A ti no te pueden decir que eres fea porque tú nariz es ancha ¿Cómo así? Si la belleza es subjetiva. ¿quién dice que lo bonito es blanco o negro?”

 

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En las salas de maquillaje de televisión, ella evidenció el desconocimiento que existe frente a lo afro.  “No manejan nuestro cabello, ni nuestra piel. A mis compañeras blancas, mestizas, como le quieras llamar, las dejaban muy lindas después de pasar por la maquilladora, pero a mi no sabían qué hacerme. Era frustrante, pensaba  ¿para qué me traen? Me hubieran dejado en mi casa. Lo bueno fue que aprendí a peinarme y arreglarme sola.” Sin embargo, no todo fue negativo, una maquilladora se convirtió en su estudiante, ‘Kellyfer’ le explicó el cuidado de un cabello rizado y afro en sesiones que empezaban horas antes de grabar y las cuales se prolongaban hasta las casas de cualquiera de las dos.

A pesar del daño sufrido en la infancia, hoy el cabello de esta mujer tiene una nueva vida, desde hace tres años está en un proceso de restauración, que  ha sido tan dispendioso como costoso, pero que para ella ha valido la pena. Pues todo su físico es cambiante, sus uñas pueden estar un día muy largas y al otro cortas, sus pestañas pueden variar su largo por medio de extensiones,  su vestuario es sexy un día y al siguiente deportivo, pero durante más de 18 años lo único que no cambiaba era su cabello. Hoy puede ‘jugar ‘con tinturarlo, alisarlo, dejarlo crespo, en fin, con ser diverso, sin que luzca sin vida a pesar de los cambios. 

Para ‘Kellyfer’ el que actualmente muchas mujeres afros estén optando por llevar su cabello de forma natural es positivo, aunque, en muchos casos, cree que es solo una moda, algo que  para ella no es del todo negativo, puesto permite que no expongan su salud con químicos para alisarse y que se sientan seguras de si mismas. 

El llevar el cabello natural se ha convertido en un elemento reivindicatorio para muchas mujeres afros: se hacen talleres, se crean grupos de estudio, se escriben libros, se rememora como por medio de trenzas se trazaban los mapas de fuga para huir de la esclavitud, o  se explica como el peinar es algo que en las comunidades se enseña de generación en generación. Por ello, para algunas es difícil ver a una mujer afrodescendiente con su cabello liso; eso lo ha vivido ‘Kellyfer’, quien dice que mujeres que están en dicha onda reivindicatoria la han cuestionado. “Si he sentido de esos grupos cuestionamientos. Que ¿por qué me aliso? Cuando no saben que yo no me aplico ningún químico. He estado sin extensiones y con el cabello natural y me siguen diciendo que ¿por qué? Hombre, yo que culpa que mi cabello sea así. Me encanta el cabello afro, pero yo no puedo pretender llevarlo, porque el mío no es así. Yo me siento bien con mi cabello liso, pero mañana me quito las extensiones y me quedo con el pelo natural y también me siento bien”.

 

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Para ‘Kellyfer’ el cambiar y reconocerse cada día diferente es su normalidad, le gusta alterar sus formas, ahondar en nuevos caminos y si bien reconoce que el cabello afro o freezer, se ha convertido, en muchos casos, en un tema que se asocia a una moda,  no desconoce el legado histórico que este encierra; además cree que es muy importante que las mujeres se empoderen y el  pelo puede ser una buena herramienta para hacerlo.

 

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Si alguien sabe de lo que fue padecer el racismo sobre su cabeza es esta caleña, para quien el sueño de tener un cabello sedoso y cambiante se vio truncado desde niña, cuando un tratamiento de “aliser” se encargo de cumplir una falsa sentencia , la cual no es capaz de ver toda la hermosura que trajo tras de si la diáspora africana al continente americano.